jueves, 30 de junio de 2016

Cuenta la leyenda del Cosmos... En una planeta lejano... en una dimensión absolutamente mágica pero imperceptible desde esa magia existen Seres muy antiguos que poseen la cualidad de escribir poemas en los lienzos negros de la oscuridad... La tinta que utilizan es la de la luz de su alma... Como un sello del pasado vivido en ese terrenal plano. Vida tras vida... sueño tras sueño. Esos seres son utilizados por la orden divina como espejos de la sombra humana. A través de un nivel de consciencia elevado. Para mostrar que la Oscuridad SIEMPRE posee un haz de luz en su esencia misma, como proyección misma de la luz y la luz es una proyección misma de la oscuridad. Seres, nacidos en el lugar correcto, la familia, el entorno y demás planos de sombra, son asignados antes de su arribo para dicha misión. Mensajeros del Tiempo les llaman... Ven más allá de lo mundano, pues viven adelantados. Se adelantan a los pretextos... y a los arquetipos humanos... porque ven la esencia... de cada Ser de ese mágico planeta... Por conocer la luz en su máximo grado de amor, y la oscuridad total en su máxima percepción desde ese amor absolutamente puro con el cual fueron creados. Estos seres que tienen la difícil misión de ver la belleza en la Oscuridad, logran hacerlo, a través de una entrega absoluta de amor y de falta de ego... se entregan a la misión de arrastrar esa sombra humana, y llevarla hacia la luz constantemente, sin importarles nada más que esto. Muchos lo hacen desde la palabra... otros desde el arte. Pues a eso vinieron. A mostrar la sombra como reflejo del que no puede verla en si mismo... y la luz en la Oscuridad de ese planeta que parece lejano para muchos... pero que es habitado por todos los que hoy leen estas lineas.

lunes, 27 de junio de 2016

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Aquí… con unas simples y complejas velas… Que acarician una simple y compleja lluvia… Me pregunto… que hacemos aquí… Que haremos allí… Si todo esto que veo es una simple ilusión… O si simplemente es una realidad a la cual… Le queremos escapar. Me pregunto en el maravilloso misterio de la vida… Escuchando un triste duduk que se fusiona… Con la tristeza inmensa de ese cielo … Entre un sinfín de inmensidad sin respuestas Humanas… Entre un sinfín de preguntas que decaen… En un sinfín de juegos perversos, oscuros… Y olvidados. Las ilusiones se caen… Los muros se convierten en efímeros… Intangibles en el tiempo… Pues en la realidad de lo irreal… Todo pierde fuerza. Simplemente, somos lo simple… De una mente sin mente… De un alma sin alma. Agradeciendo estas preguntas… Que albergan respuestas divinas… Pocas veces escuchadas… Por oídos sordos y lágrimas mudas… De aquellos que lloran en silencio… Por lo que prefieren callar en esos Ojos que prefieren pecar por oscuros… A ver más allá del tintel del sufrimiento. Reflexión Nocturna sobre nuestra humanidad. Atilio Adrián Matteucci